Creí en mí a pesar de las críticas
- Diego

- 7 jun
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Yo dejé la escuela a los 15. No porque no quisiera estudiar, es que en casa la cosa venía jodida. Mi vieja sola, con cinco hijos y yo era el más grande. Empecé a trabajar en la obra, cargando bolsas, haciendo lo que saliera.Muchos me decían: “Ya está, vas a ser albañil toda la vida”. Como si eso fuera malo, ¿no? Pero yo quería más. Quería estudiar electricidad, aprender algo técnico. Siempre me gustó enchufar cosas, arreglar, desarmar.Me apunté en un curso nocturno. Iba muerto, con barro en las botas, pero iba. Me costaba, pero le metía. Después vino el primer trabajo solo. Después el segundo. Hoy tengo mi propio tallercito. Trabajo por mi cuenta, doy clases en el barrio, y hasta me llaman para hacer instalaciones grandes.La gente cambia. Pero tienes que creer y pensar en ti primero. A mí me dijeron muchas veces que no servía. Pero por suerte, no les creí.




Ser albañil no es malo. Malo es rendirse. Y vos hiciste todo lo contrario.
Tu historia me dio un empujón. Yo también quiero salir del 'ya está'.
Tu historia es poderosa, real y profundamente inspiradora.