La resiliencia fue elegir seguir siendo yo

Me llamo Marco, tengo 22, y soy gay. Salí del armario a los 18, y aunque creí que mis amigos y mi familia me iban a aceptar, la realidad fue dura. Mi padre me echó de casa y terminé viviendo unos meses en la casa de un amigo.

Me sentí rechazado, como si todo lo que era estuviera mal. Pero en medio de eso, descubrí una comunidad que me abrazó: el arte. Empecé a pintar para sacar todo lo que sentía. Rabia, tristeza, pero también esperanza.

Conocí a otros chicos como yo, algunos con historias peores, otros con más suerte. Nos cuidamos entre nosotros. Conseguí una beca para estudiar diseño gráfico. Hoy vivo solo, trabajo freelance, y hace poco tuve mi primera exposición en un centro cultural.

La resiliencia fue elegir seguir siendo yo, incluso cuando eso significó perder cosas. Porque lo que gané fue más importante: dignidad, identidad y un propósito.